
En ocasiones el término periquito o perico se utiliza para denominar otras especies de la misma familia, como los agapornis; e incluso otras especies de loros pequeño o mediano tamaño, como los loriquitos. Para diferenciarlos de todos estos, el Melopsittacus undulatus se conoce normalmente como periquito australiano o periquito ondulado.


Cría y reproducción
El hecho del color de los reproductores influye en el color que tendrán los polluelos. Veremos que hay colores dominantes y colores recesivos, entre los dominantes se hallan el verde, el azul y el violeta, y entre los recesivos se cuentan el amarillo y el blanco. Esto no quiere decir que unos reproduzcan mejor que otros, un periquito verde puede ser peor criador que uno blanco y viceversa.
Se gustan, no se gustan Los periquitos, al igual que las personas, tienen sus gustos, les puede gustar el compañero o compañera que les hemos puesto o no. Si se gustan no hay problema, pero si no lo hacen habremos de cambiarle la pareja. Si tenemos varios periquitos juntos podemos observar si ya hay parejas establecidas y entonces apartarlos en otra jaula con nido para criar, si no es así, tendremos que ir haciendo pruebas, podemos tener éxito a la primera o tardar un poco más.
No todo el mundo tiene espacio para albergar aviarios con muchos periquitos, donde las parejas se establecen de acuerdo a los gustos de los periquitos. Así que puede darse el caso de que hayamos comprado en una tienda de animales una simpática pareja y que una vez llegados al año de edad, si es que no lo tienen ya, queremos hacerlos criar y nos encontramos con que no hay manera. Es posible que nuestros periquitos no se vean como pareja. No hay que alarmarse.
En estos casos lo mejor es separarlos, bien mediante separador, bien utilizando otra jaula, los ponemos juntitos, que se escuchen y se vean pero no puedan estar juntos. Lo normal es que se echen de menos y deseen estar juntos, veremos que intentan acercarse a través de los barrotes, habrán pasado un par de días o quizá una semana, pero será el momento de juntarlos de nuevo y volver a colocarles el nido. Hay parejas que no dan ningún problema y crían a la primera y otras que les cuesta un poco más, no hay que rendirse, casi en la totalidad de los casos tarde o temprano se consigue la crianza.
Sabemos que tenemos una pareja cuando... Sabemos que tenemos una pareja ya establecida cuando vemos en ellos el comportamiento típico de una pareja, rascarse mutuamente las zonas de difícil acceso como la nuca o espalda, darse besitos y regurgitar comida al amado, que normalmente es el macho el que alimenta a la hembra aunque en ocasiones pueden variar los roles y podemos ver a una hembra alimentandolo a él.
En este último aspecto el que la hembra acepte la comida agachándose levemente, levantando ligeramente la cabecita y abriendo el pico, es síntoma de que acepta al pretendiente como pareja estable. Además, ella lo utiliza como prueba de que será buen padre y en el futuro sabrá alimentar a los polluelos que puedan nacer de la puesta de huevos.
No mostrarán comportamiento sexual hasta que le coloquemos el nido, ya que ello les incita a criar, con lo que si no queremos que nuestros periquitos se reproduzcan simplemente con no ponerles un nido es más que suficiente. Así que si no les ponemos nido no criarán, pero la pareja seguirá establecida y mostrando todo el comportamiento típico.
El Nido El periquito no cría como los demás pájaros, en estado silvestre, su nido es la sequedad de un tronco de árbol, en cautividad sigue el mismo sistema.
La primera vez que en cautividad se consiguió la reproducción fue con un nido de coco, totalmente ya en desuso, que consistía en aserrar el coco tal cual es extraído del cocotero por la mitad, se vaciaba y se volvía a unir con alambres, se le practicaba un agujero y servía perfectamente para la cría. Estamos hablando del año 1.855 y fue como por casualidad que la condesa Schwerin de Alemania logró crialos en cautividad.
En algunos lugares de este ancho mundo se utiliza un nido llamado de pita, consiste en aserrar un tronco seco de la pita y tapar con hojalata los extremos. Se hace un agujero para que los periquitos lo vacíen, lo que llevan a cabo con bastante rapidez, el inconveniente radica en que no se puede controlar la cría mirando en el interior ni limpiarlo debido a su difícil estructura.
El nido de madera es el más usual y más recomendado, reúne las mejores condiciones para la cría, puede construírselo uno mismo pues solo se necesita seis tablas, cuatro para el cuerpo, una para el fondo y la última para la tapadera, puede hacerse del tamaño que se quiera a fin de adecuarlo a la jaula, pero hay que tener en cuenta que cuando eclosionen los huevos deberá albergar a la hembra más sus polluelos.
Su mayor ventaja estriba en que como tiene una tapadera, puede abrirse a voluntad y observarse la evolución de la cría y limpiarse muy fácilmente. Unas medidas orientativas de este nido serían 15 cm de ancho, 25 cm de alto y 15 cm de profundidad. En la parte superior del anverso se hará un agujero de unos 4 cm de diámetro, por el que puedan entrar y salir los progenitores y las crías. Debajo de dicho agujero se colocará una pequeña tablilla que servirá para el fácil acceso al orificio de entrada. Se pueden encontrar nidos ya hechos en cualquier tienda de animales.
En una misma jaula no colocaremos más de una pareja criando y un nido, si es una pajarera y hay varias parejas, colocaremos los nidos a prudente distancia unos de otros, y más nidos de los necesarios para que no se produzcan riñas entre las hembras por los nidos.
Por último decir que el periquito es animal de pocos lujos, no necesita que le pongamos nada de fondo en el nido, ni papel de periódico, ni algodón, ni serrín ni nada de nada de nada, yo recomiendo no colocarles nada, solo el nido tal cual, la hembra se encargará de hacer en el fondo un pequeño trozo ovalado para depositar los huevos, y si el nido ya lo trae, ella lo hará más grande.
Los periquitos, tanto en pajarera con muchos individuos como en jaula con su compañera, se emparejarán rápidamente y comenzarán a mostrar tanto interés el uno por el otro que, si disponen de las condiciones adecuadas y un buen nido, enseguida comenzarán una nidada. Los periquitos, criados en cautividad suelen estar en un celo permanente criando durante todo el año pero mejor durante la primavera haciendo un total de unas 5 puestas anuales. Son unas aves muy prolíficas y a partir de los cuatro meses pueden comenzar a criar, pero no es conveniente dejarlos hasta el año de edad para evitar accidentes con nuestras mascotas. Cuando sospechemos que los pájaros van a criar, habrá que suministrarles alguna fuente de calcio, como el grit o la jibia, para que la cáscara de los huevos sea lo suficientemente dura y resistente así como más alimentación húmeda y vegetales.
Una vez establecida la pareja y escogido el nido, se producirá la cópula.Todo va según tiene que ir, pero falta el apareamiento. Cuando llegue el momento ella aceptará el cortejo del macho y se mostrará dispuesta, la veremos levantar la cola y reclinar la cabeza hacia atrás, toda una invitación que el macho no desaprovechará, colocará una de sus patas sobre la espalda de ella y un poco a lo torpe irá picando sobre ella mientras coge la postura para montarse encima, la cubrirá con una o las dos alas, mientras irá regalándole besitos continuamente, y entonces las cloacas de ambos entrarán en contacto y él depositará su semen en ella. Pueden estar apareándose durante tres o cuatro días.
Nacimiento de los polluelos La eclosión varía de acuerdo con la estación del año, oscilando entre los dieciséis a diecinueve días. En esta fecha nace el polluelo del primer huevo y con un día de intervalo o dos van naciendo los demás, esto se debe a que la puesta de los huevos las hace también en días alternos. Los polluelos que nazcan primero, con su calor, contribuirán de manera indirecta a la tarea materna, incubar.
Desde el primer instante chillan con una estridencia semejante a la del ratón, siendo gracioso oírlos. De esta manera se sabe que en el nido ya hay recién nacidos. Nacen sin plumas y con los ojos cerrados, los cuales no abren hasta el séptimo u octavo día de su existencia.
Durante la primera semana la madre les alimenta con lo que se llama “leche de periquita” que es una sustancia que segregan cuando están criando y en ningún caso puede ser reemplazada por la papilla de la cría a mano, ya que contiene nutrientes indispensables para el desarrollo del polluelo.
Mientras tanto les va naciendo un plumón de color blanco-ceniciento, que más adelante desaparece para dar paso al definitivo y verdadero plumaje.
HEMBRA alimentando a su cria
Cómo alimentar a los progenitores que están criando Los únicos cuidados que requieren es que no les falte mijo, alpiste, avena (su mezcla de semillas habitual), lechuga, agua y hueso de sepia o jibia.
Deberán disfrutar de todos estos alimentos diariamente, ya que las semillas les son indispensables como alimento, el agua y la lechuga para ayudar a la digestión y posterior regurgitación a los polluelos, aparte de ser necesarias para el organismo, y el hueso de sepia para la formación de los huesos y buen desarrollo de las crías, puesto que lo que coman los padres, comerán sus polluelos.
En las tiendas de animales venden un compuesto llamado "pasta de cría", que como su nombre indica es especial para parejas reproductoras. Normalmente no le harán ni caso hasta que no nazcan los polluelos, que es cuando la comerán para alimentar a los pequeños
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